domingo, 30 de octubre de 2011

Día 24: De Airlie a Cairns – 16/08/11

Hoy tenemos que regresar a Cairns, así que nos levantamos pronto para que no se nos haga muy tarde y podamos cenar tranquilamente en Cairns, después de encontrar el alojamiento. Sobre las 8:30 salimos de Airlie Beach con la intención de parar a medio camino en Townsville y así poder visitar su estupendo acuario "Reef HC" que contiene el mayor acuario de arrecife de coral vivo del mundo, y de paso estiraremos las piernas después de tres horas conduciendo. Llegamos a Townsville sobre las 11:30 y tras aparcar cerca del acuario, compramos las entradas y empezamos la visita sin poder entretenernos mucho, ya que, tenemos que continuar con el viaje de vuelta. El acuario merece mucho la pena para poder identificar algunos de los peces que hemos visto estos últimos días y otros que con la ayuda de los voluntarios del acuario podemos conocer más a fondo.

Salimos de Townsville y continuamos nuestro viaje con el propósito de parar a comer por el camino, cuando el hambre apriete para avanzar el máximo de kilómetros antes de comer. Al final paramos bastante tarde en el Frosty Mango, un buen lugar para hacerse un helado o un batido pero no para comer. Pero como ya es bastante tarde decidimos comer aquí.

Después de comer salimos de nuevo a la carretera, ya dispuestos a no parar hasta llegar a Cairns, menos mal que el coche es bastante cómodo porque se hace largo tantos kilómetros de una vez. Sobre las 20:30 llegamos a Cairns y después de repostar y situarnos en el plano nos dirigimos a buscar nuestro alojamiento ya completamente de noche. En Cairns hemos reservado en un B&B un poco alejado del centro en una zona residencial muy tranquila cerca del jardín botánico. Con alguna dificultad llegamos a nuestro último alojamiento en Australia, el Cairns Edge Hill B&B donde nos esperaba nuestro simpático casero Lance en su preciosa casa. Después de darnos todas las explicaciones sobre la casa y sus normas de seguridad le preguntamos por algún lugar para cenar, ya que se hacia un poco tarde. Nos dijo que en la Explanade podríamos encontrar gran variedad de restaurantes y sin pensarlo dos veces nos montamos en el coche y siguiendo sus indicaciones en diez minutos estábamos paseando por una gran avenida paralela a la playa con bastante ambiente.

Como ya era un poco tarde optamos por sentarnos en uno de los restaurantes más concurridos, por aquello de que si está lleno será por que se come bien o por que es barato. Pues barato no era aunque cenamos de maravilla en la gamba cruda o Raw Prawn Seafood Restaurant, una estupenda marisquería.

Después de cenar dimos un pequeño paseo por un mercadillo nocturno que montan  en esta zona y tras hacer las últimas compras en Australia nos fuimos a dormir, que después de casi diez horas de coche estamos realmente cansados. Y mañana tenemos que ir al aeropuerto para volar de vuelta a Bali donde pasaremos los dos próximos días antes de volver a casa.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Día 23: Islas Whitsundays – 15/08/11


Para hoy tenemos contratada una excursión con Ocean Rafting, la misma compañía que nos llevo a la gran barrera en Cape Tribulation pero con otro nombre. Como nos gusto tanto el trato que nos dieron en Cape, decidimos contratar con ellos aquí, aunque desde Airlie Beach operan bastantes compañías. Otra de las cosas que nos ayudo a decidirnos es que esta compañía es la única que tiene acceso directo a las playas de Hill Inlet y a la playa de Whiteheaven, una de las más bonitas de Australia. La excursión incluye dos puntos para hacer snorkeling y almuerzo en la playa de Whiteheaven. Esta vez los dos llevamos traje de neopreno, ya que la experiencia con el frío en la Gran Barrera no podía volver a repetirse. En esta época del año la temperatura del agua en un día soleado suele estar a 22º centígrados, y si estás más de media hora en el agua necesitas un traje de neopreno. Además es aconsejable llevarse algo de abrigo para el trayecto de vuelta.

A las 9:30 nos recogieron en la puerta del B&B y en apenas cinco minutos estábamos en el embarcadero donde nos inscribimos y tras firmar un pequeño documento certificando que no padeces ninguna enfermedad que te incapacite para la practica del snorkeling, recogemos nuestros trajes de neopreno y nos sentamos a esperar en un banco. En el embarcadero hay cuatro lanchas y en cada una de ellas caben 25 personas.


Cuando llegas te dan unos papelitos de colores para organizar las lanchas, cada color corresponde a una embarcación. Desde aquí salen dos excursiones que hacen el recorrido del norte y otras dos que hacen el del sur. Nosotros hemos escogido el del norte que tiene dos puntos de snorkeling y además vamos a la playa de Whiteheaven.

Vamos viendo como van saliendo todas las barcas hasta que solo queda la nuestra, algo tiene que pasar ya que son más de las 10:00, hora programada para la salida de la excursión. Cuando vemos aparecer una familia de australianos por el embarcadero, no sabemos si no los encontraban o es que simplemente llegan tarde pero el caso es que allí estábamos mas de 18 personas esperando y sorpresa los últimos en llegar resulta que son los primeros en sentarse, dejando a una pareja sin asiento. La educación a veces brilla por su ausencia y como estamos de vacaciones no tenemos ganas de discutir con nadie, aunque tenemos que hacernos sitio en el fondo de la lancha casi empujando a los que ya estaban sentados. Al final acertamos sentándonos en el fondo de la lancha, ya que, había olas bastante grandes y este es el mejor sitio para no estar botando todo el camino.

Durante una hora larga de camino dando saltos con bastante oleaje, por fin llegamos a las primeras islas que pertenecen al archipiélago de las Whitsundays. En ese mismo momento uno de los dos chicos de la compañía decide darnos una explicación de las islas, su flora y su fauna, aunque con el ruido del motor de la lancha a toda velocidad no nos enteramos de nada. Pero por la cara de la gente, parece que ellos tampoco han podido oír nada, aunque poco parece importarle a nuestro simpático guía.

Por fin llegamos a una playa de arena blanca donde desembarcamos para empezar a subir por un pequeño sendero entre la vegetación. Subimos durante 10 minutos al primer mirador donde nos quedamos impresionados con las magnificas vistas de una gran franja de arena blanca que con la marea se va cubriendo de agua.


Las diferentes profundidades hacen que el agua tome todas las tonalidades de verde turquesa que puedas imaginar. Como las vistas eran impresionantes estuvimos un buen rato contemplando el paisaje desde el segundo mirador, que es desde donde mejor se puede disfrutar de esta maravilla de la naturaleza, sin duda una de las playas más bonitas que nunca hayamos visto. 



Siguiendo el mismo sendero bajamos hasta la playa donde nos esperaban las lanchas con el almuerzo. La vista de la playa con su arena blanca y el mar turquesa enfrente hacia que la comida pasara a un segundo plano, ya que, había que aprovechar al máximo el tiempo que teníamos en esa maravillosa playa.



Estuvimos paseando después de comer algo y en la orilla a poca profundidad podíamos ver pequeños tiburones y rayas de arrecife, así pasamos el tiempo hasta que llego la hora de marcharse. 



Salimos hacia la zona de snorkeling dejando atrás esta hermosa playa y en apenas 20 minutos estábamos sumergiéndonos en una pequeña cala donde tendríamos media hora para ver el jardín de coral que había bajo la superficie. El coral no era tan bonito como el de la gran barrera pero valía la pena por la cantidad de peces que se podían ver. Pero la sorpresa nos esperaba al regresar a la barca donde encontramos un enorme pez Napoleón que sin miedo de nosotros se acercaba para que pudiéramos verlo. La experiencia de nadar al lado de un pez tan grande y bonito es inexplicable, ya que, te deja casi sin respiración. Prácticamente tuvieron que subirnos a la barca porque no queríamos subir y dejar a este maravilloso animal.

El segundo snorkeling prácticamente duró 20 minutos que dedicamos a secarnos al sol en una pequeña playa, ya que, la vuelta con todo el cuerpo mojado y el viento fresco puede hacer el retorno bastante desagradable. El trayecto de vuelta duró una hora aproximadamente y con menos saltos que a la ida, pero al final cuando llegábamos al puerto a nuestro “capitán” le dio por surfear un poco con la lancha, experiencia poco recomendable para gente impresionable, ya que parece que la lancha vaya a volcar y aunque esto no pueda suceder, la verdad es que impresiona por la velocidad que lleva.

Una vez repuestos del susto nos dejo en el embarcadero y nos llevaron de vuelta a casa, donde tras una reparadora ducha nos fuimos a cenar al restaurante Sorrento donde comimos el día anterior. La cena fue muy agradable y con un buen tiramisú de postre que ponía el colofón a un estupendo día

miércoles, 31 de agosto de 2011

Día 22: Airlie Beach – 14/08/11


El día de hoy lo vamos dedicar a pasear por Airlie Beach y comer en algunos de sus buenos restaurantes. Como es un día de relax, nos levantamos a las 8:30 para desayunar en la fantástica terraza del B&B Island View, que como su propio nombre indica tiene unas estupendas vistas de las islas Whitsundays.


Después de desayunar bajamos en coche hasta Airlie Beach y dimos una vuelta por el paseo marítimo, aunque el día había salido un poco nublado y soplaba algo de viento. En el paseo al lado del mar hay una laguna de agua salada parecida a la de Cairns aunque mas pequeña. Aquí si te puedes bañar sin miedo a las picaduras de las medusas.



Como el día no acompañaba no había casi nadie bañándose. Seguimos nuestro paseo hasta encontrarnos con varias playas dotadas con barbacoas públicas, aquí casi deporte nacional, la barbacoa.


Para comer, al final cogimos el coche para acercarnos al puerto deportivo de Abey Point Marina y probar el restaurante Sorrento. Con sus magníficas vistas a la bahía y su buena comida italiana, resulto ser una elección perfecta. Después de comer fuimos a visitar los alrededores de Airlie Beach, y paseamos por la playa de Cannonvale para más tarde volver al B&B y descansar un ratito que el viaje ya va haciendo mella y tenemos el blog un poco abandonado.


Para cenar salimos en busca de uno de los mejores restaurantes de la zona, el WaterLine donde pudimos comprobar de primera mano que en Australia no sólo se comen hamburguesas y pizzas. La comida estaba muy buena y bien presentada, todo ello acompañado de unas preciosas vistas a la marina.

Después de cenar nos vamos a dormir porque al día siguiente tenemos la excursión a las islas Whitsundays y queremos estar descansados para ver estas maravillosas islas y disfrutarlas.

sábado, 27 de agosto de 2011

Día 21: Magnetic Island- Airlie Beach – 13/08/11

Amanece a las 6:00 y nos ponemos en pie dispuestos a empezar el día en Magnetic Island, cámara en mano bajamos hasta la playa de Horseshoe para ver como el sol aparece por detrás de una pequeña colina iluminando la playa.


Caminando por la arena vemos como se va despertando la vida a nuestro alrededor y no nos deja de sorprender la cantidad de vida salvaje que se puede ver dando un simple paseo por la playa.


Siguiendo un pequeño sendero en la arena nos adentramos un poco en el bosque que llega hasta la playa y pronto sorprendemos a un canguro que se asusta al vernos y se aleja saltando para perderse entre la maleza.



Seguimos andando por la arboleda y observando a los pájaros que revolotean entre las ramas, cuando nos damos cuenta estamos bastante lejos de la playa, así que decidimos acortar por un camino que suponemos sale a la carretera, pero finalmente llega a una pequeña estación eléctrica abandonada. Desde donde estamos se puede ver la playa, pero para llegar hay que bajar la colina y salvar un pequeño riachuelo que no parece fácil de cruzar, al asomarnos para comprobarlo un ruido entre las ramas nos pone en alerta, que por aquí nunca se sabe que te puede aparecer. 




Comprobamos que hemos asustado a un precioso Jabiru que estaba descansando en una pequeña charca, así que ha salido volando para decirnos adios con su precioso vuelo.


Tras nuestro encuentro con el Jabiru volvemos a la playa para desayunar y mientras desayunamos una pareja de loros se acurrucan en una rama. El desayuno con productos orgánicos, viendo la playa con sus palmeras es muy gratificante.


Después de desayunar decidimos ir a buscar al koala, ya que en la isla hay una colonia muy numerosa de este simpático animal que nos recuerda a un osito de peluche. Aunque tiene unas garras enormes que le sirven para sujetarse a los eucaliptos, donde vive. Como solo tenemos el día de hoy para visitar la isla preguntamos en la cafetería donde podemos ver a los koalas en libertad, la chica muy simpática nos indica que cerca de nuestro alojamiento hay un sendero que sube a un antiguo puesto defensivo que se utilizo en la segunda guerra mundial y que por esa zona se pueden ver koalas.

Así que tras preparar las maletas y dejarlas en la consigna del albergue, cargamos una botella de agua y  nos vamos a la búsqueda del famoso animalito, aunque ya se sabe que cuando buscas animales en libertad no siempre los encuentras.


El sendero se llama “The Forts Walk” y está a 1,5 Km. de Bungalow Bay Koala Village, y como el autobús pasa cada hora y acaba de pasar nos vamos andando y en unos veinte minutos estamos leyendo el panel informativo del sendero. El sendero es circular y a buen ritmo se puede hacer en una hora, pero como vamos buscando koalas y además es todo subida seguramente tardaremos más tiempo. Con la mirada fija en los árboles vamos subiendo poco a poco pero parece difícil encontrarlos, ya que hay muchos árboles y casi todos son eucaliptos pero de diferentes especies.


Así que, como no sabemos que arbolito prefiere tampoco podemos localizarlos. Por lo menos vamos disfrutando del paisaje de esta preciosa isla. Una vez arriba subimos al antiguo bunker para ver la panorámica de las calas de esta zona y después de refrescarnos un poco, continuamos la ruta bajando por el mismo camino.


Al bajar nos dimos cuenta de que algunos árboles estaban marcados con unas cintas rosas, y que la gente miraba sólo en estos árboles. Más tarde supimos que marcan los árboles donde se observan koalas y así es más fácil localizarlos.

Estos animales no se mueven mucho ya que gastan la mayor parte de su energía en digerir las hojas tóxicas del eucalipto y además han sido capaces de sobrevivir y adaptarse a este medio tan hostil, incluso disminuyendo el tamaño de su cerebro para poder ahorrar energía. Por esto tienen fama de ser un animal poco inteligente, aunque nosotros creemos que lo inteligente es sobrevivir. Así que si vemos una marca en un árbol es muy posible que el koala este cerca.

A pesar de esta nueva pista seguimos sin encontrar ninguno y cuando ya parece que nos iremos de la isla sin encontrar un koala, un simpático aussie nos dice que a la vuelta de la siguiente curva entre los árboles del fondo hay un koala durmiendo.




Rápidamente vamos a verlo y afortunadamente conseguimos localizarlo entre la maleza, inmóvil, durmiendo tranquilamente. Por fin lo vemos y ha valido la pena, es un animal precioso, como un osito de peluche. Nos quedamos un buen rato mirándolo hasta que empieza a venir gente y nos vamos.

Cuando llegamos a la carretera decidimos ir a la playa, pero como no tenemos vehiculo tenemos que ir a alguna cercana ya que son cerca de las 11:00 y no tenemos mucho tiempo, sólo un par de horas para poder volver en el ferry de las 15:00. Así que tomamos la carretera que baja justo a la izquierda del sendero, esta carretera llega a varias calas y una de ellas es Florence Bay, una de las mas bonitas de la isla, aunque nosotros nos quedamos en Arthur Bay, la primera que encontramos al bajar andando y con un sol de justicia la primera cuesta.

A esta cala se accede por un sendero que discurre atravesando un riachuelo, que se puede cruzar con facilidad al menos en esta época del año.


Después de andar 200 metros aproximadamente nos encontramos una preciosa cala de arena coralina y casi desierta.


Una playa semicircular flanqueada por enormes rocas y con los abetos casi llegando hasta la orilla. Aquí pasaremos las próximas dos horas, tomando el sol y dándonos un bañito, que tras la caminata del koala ya apetece.

    
Tras refrescarnos hacemos a pie el recorrido inverso hasta el albergue para recoger las maletas y coger el autobús que nos llevará al embarcadero para coger el ferry de vuelta a Townsville. Es una pena que solo tengamos un día para esta preciosa isla que realmente merece la pena. Para recorrerla entera calculamos que con tres días, alquilando algún tipo de vehículo se puede disfrutar de todos sus rincones y de sus maravillosas calas.

Subimos al ferry de las 3 de la tarde y en 25 minutos estamos en la terminal de Townsville recogiendo nuestro coche para continuar nuestra ruta hasta Airlie Beach, que será nuestro destino los próximos 3 días.

Sobre las 19:30 de la tarde llegamos a la pequeña población costera de Airlie Beach que nos servirá de base para explorar las cercanas islas Whitsundays. Localizamos nuestro alojamiento, el B&B Island View, que haciendo honor a su nombre tiene unas vistas preciosas sobre la bahía y las islas lejanas. Tras conocer a su dueña Karen e instalarnos en la habitación, nos acercamos a la calle principal de Airlie Beach para cenar y comprobamos que está llena de pubs y restaurantes muy ambientados. Tras una cena rápida nos retiramos a descansar, ya que el día ha sido muy completo e intenso.   

martes, 23 de agosto de 2011

Día 20: Atherton Tablelands – Magnetic Island – 12/08/1

La mañana amaneció soleada y fresca y como nos despertamos muy temprano decidimos ir de nuevo a espiar al ornitorrinco en su hábitat para verlo a plena luz del día. Cuando llegamos al río no había nadie y conseguimos ver el último ornitorrinco de nuestro viaje porque estos animales son muy huidizos y durante el día se esconden.


Tras el paseo matutino por el sendero fluvial de Paterson Creek fuimos al albergue y recogimos las maletas antes de ir al pueblo a desayunar a uno de estos edificios coloniales de madera blanca que caracterizan a Yungaburra.


Tras el desayuno visitamos una fábrica-joyería de ópalo australiano, que es una piedra semipreciosa muy valorada a nivel mundial y que extraen en la región de Queensland y en el sur de Australia. Aquí su propietario, muy amablemente nos explicó como distinguir los ópalos auténticos de las piedras falsas que se vendían como souvenirs a precios disparatados por toda Australia.

Tras la visita y siguiendo las recomendaciones de Trace (la chica de On the Wallaby) que nos hizo un pequeño itinerario, visitamos el Lago Eacham que está muy cerca de Yungaburra y emprendimos ruta hacia el sur para llegar esta tarde a Townsville donde cogeremos el ferry a Magnetic Island.


La siguiente parada fue la zona volcánica de “The Crater” y las cascadas Dinner donde pudimos hacer una pequeña caminata para ver el cráter que formo una gran explosión de gas acumulado en el interior de la tierra. El agujero es impresionante y en el fondo hay un pequeño lago de color verde intenso.

Desde el mirador se aprecia bien lo profundo que es, aunque no es recomendable para personas con vértigo. Siguiendo el camino de vuelta sale un sendero a la izquierda que te baja hasta las base de las cataratas para luego ir subiendo por varios saltos de agua.


Unos kilómetros más adelante nos detuvimos en el mirador de Millaa Millaa donde pudimos obtener una panorámica estupenda de todo el valle.


Cerca del mirador está la pequeña población de Millaa Millaa donde tomamos el desvío hacia el circuito de las cascadas. Nosotros, solo vamos ha ver las primeras que por otra parte nos han dicho que son las mejores. A solo 5 Km del desvio llegamos al parking y bajamos las escaleras que acceden a la cascada de Millaa Millaa, una cortina de agua perfecta de unos seis metros de ancha y diez de caída con una piscina natural de agua cristalina que si no fuera por que el agua está tan fría nos hubiéramos bañado seguro.



Dejamos atrás la ruta de las cascadas y nos dirigimos hacia Mission Beach para comer y ver la playa que es muy bonita a pesar de haber sido arrasada por el ciclón Yasi en febrero. El paso del ciclón dejo una profunda huella en el bosque tropical y en las poblaciones de alrededor de Mission Beach, y aún podemos ver techos arrancados y gran cantidad de árboles tumbados por el aire. Una vez en Mission Beach, buscamos un restaurante en la playa para comer con la brisa del mar.



Después de comer y ver la playa nos pusimos en marcha, ya que aun nos quedaba unas tres horas de viaje hasta Townsville donde nos subiremos  al ferry para Magnetic Island.

Sobre las 18:30 llegamos a Townsville, la capital de Queensland, y también la ciudad más grande que nos hemos encontrado hasta el momento. Con algo de dificultad encontramos el embarcadero y después de dejar el coche en el aparcamiento de larga duración nos fuimos a comprar el billete para el ferry. En la sala de espera había bastante animación y pronto nos dimos cuenta que era viernes y había luna llena, y eso es sinónimo de fiesta adolescente en la playa, así que allí estábamos rodeados de chiquillos listos para pasárselo en grande. Menos mal que las playas donde se celebran las fiestas quedan lejos de donde nos alojamos nosotros, porque después de todo el día conduciendo lo último que queremos es una fiesta playera hasta el amanecer.

El ferry tarda solo 25 minutos en llegar a Magnetic Island y justo después estamos subidos al autobús que nos dejará en la bahía de Horseshoe tras 15 minutos de curvas, subidas y bajadas a toda velocidad por una carretera que a duras penas caben dos coches. Aunque el conductor parece bastante seguro de lo que hace, pienso que podría ir un poco más despacio, porque por aquí hay canguros que se pueden cruzar en la carretera. Llegamos sin problemas y nos registramos en el Bungalow Bay Koala Village YHA , aunque cuando llegamos recepción estaba cerrada y la música del bar a todo volumen, por lo que resultaba bastante difícil entendernos con los chicos del complejo. Al final conseguimos instalarnos y como ya era tarde pedimos una pizza y un par de cervezas y nos fuimos a dormir.

domingo, 21 de agosto de 2011

Día 19: Atherton Tablelands (Yungaburra) – 11/08/11

Hoy nos vamos a los Atherton Tablelands, pero antes de dejar el Parque Nacional del Daintree daremos un pequeño paseo en barca por el rio Daintree, donde esperamos ver de cerca al cocodrilo de agua salada además de otros animales que habitan la rivera del rio. Nuestro destino final son las mesetas de Atherton y se tratan del rincón del continente con actividad volcánica más reciente: hace unos 10.000 años. La zona es muy tranquila y con ambiente rural, donde abundan los cultivos de azúcar, te y café y la ganadería, además de ser uno de los mejores sitios para ver al ornitorrinco.

Hoy hemos conocido a Antonio y Laura, un español y una italiana que andan viajando por Australia de un modo diferente a como lo hacemos nosotros. Ellos han estado trabajando para poder costearse el viaje y así practicar un poco el idioma. De hecho van a trabajar ayudando a Marion con los frutales tropicales que tiene en su propiedad. Puesto que por aquí no tenemos muchas oportunidades de hablar en español, nos hemos entretenido más tiempo de la cuenta hablando con ellos y nos han comentado sus experiencias por Australia.

Por fin salimos hacia el rio Daintree para hacer el paseo en barca durante una hora y llegamos con el tiempo justo para embarcarnos en el turno de las 9:30.


Se supone que es para ver la fauna de la zona aunque sólo se centran en el cocodrilo que es lo que la gente quiere ver. Estos animales salen del agua por la mañana para calentarse al sol, así que son fáciles de observar, aunque cuando ya has visto un par de ellos resulta un poco monótono.



La excursión consiste en remontar cerca de un kilómetro del río observando todos los animales que nos vamos encontrando, la mayoría de ellos son cocodrilos que incluso les han puesto nombre. Estos animales son territoriales y además hay mas hembras que machos, por lo que, en esta excursión vemos un gran macho y varias hembras en el tramo del río que visitamos.


También vemos una serpiente, algunas aves y una rana verde arborícola.



La excursión, después haber visto la fauna del Yelow River en el P.N. de Kakadu nos deja un poco decepcionados pero para ver el río Daintree no está mal.

Tras hora y cuarto de paseo en barca continuamos el viaje por carretera hacia Yungaburra, aunque antes pasamos por Mossman Gorge para dar un pequeño paseo y contemplar las magnificas vistas desde el mirador de la garganta.


Y al salir de la garganta nos acercamos al pueblo de Mossman para comer en el Mojo’s Restaurant, que es uno de los mejores restaurantes de la zona según la Lonely Planet y nosotros lo corroboramos porque comimos muy bien a un precio razonable.

Reemprendemos el camino dejando atrás el paisaje del “Rain Forest” característico de esta zona de Trópicos Húmedos, para adentrarnos en las montañas costeras y al traspasarlas llegaremos a las Mesetas de Atherton (Atherton Tablelands). El trayecto nos lleva unas dos horas y media hasta Atherlon donde paramos a visitar la Tolga Woodworks Gallery & Café, una galería-tienda que muestra artesanías en distintas maderas y donde podemos disfrutar de un estupendo capuccino con café local tras visitar la tienda. Nos quedamos con las ganas de comprar una tabla de cocina de madera de ironwood que nos explicaron que era muy resistente pero, como su nombre indica también pesa muchísimo y llevamos el equipaje limitado.

Tras descansar un poco del viaje en coche nos dirigimos a Yungaburra, que es una pequeña población que se caracteriza por tener una de las mayores colonias de ornitorrinco y con 18 edificios antiguos de la época de los primeros colonos que están protegidos y conservados y le confiere al poblado un aspecto muy característico.


Un poco antes de llegar a Yungaburra nos desviamos al Parque Nacional Curtain Fig donde podremos observar una higuera trepadora (Curtain Fig Tree) de más de 500 años. Sus raíces externas forman una gran cortina de varios metros de longitud y el enorme árbol está rodeado de una pasarela elevada de madera para poder verlo mejor. En realidad, aunque ahora parezca un solo árbol, originariamente eran varias higueras trepadoras que fueron creciendo abrazando y ahogando a los árboles originales y con el tiempo uno de ellos se cayó sobre el otro permitiendo que las raíces cayeran verticalmente en forma de cortina.



En este parque nos informamos también que el mamífero salvaje más grande que vive por esta zona es un pequeño canguro arborícola, más parecido a una ardilla grande que a lo que nosotros conocemos como un canguro, es el Lumholtz’s Tree Kangaroo  y que por desgracia no pudimos ver.

Sobre las 17:00 llegamos a Yungaburra y nos registramos en el albergue On the Wallaby. A las 19:00 organizan en el albergue una barbacoa para la cena a la que nos hemos apuntado y hasta entonces nos vamos al río Paterson para poder ver al personaje del día, el ornitorrinco o Platypus como lo llaman por aquí.


Este pequeño animalito de hábitos nocturnos es muy curioso porque tiene un pico plano como un ave pero tiene pelo y patas como un mamífero, vive en madrigueras cercanas al río donde amamanta a sus crías pero éstas nacen de huevos, así que está a mitad camino entre un pájaro y un mamífero tipo nutria o castor.

Estuvimos paseando silenciosamente por el cauce del río hasta que anocheció y de vez en cuando conseguimos ver alguno que salía a respirar y nadaba un corto trayecto antes de volverse a sumergir para pescar pequeños crustáceos, insectos y pececillos de los que se alimenta.



Con nuestro objetivo conseguido, volvimos al albergue para la cena-barbacoa y dedicamos el resto de la jornada a relajarnos leyendo y actualizando este blog porque fuera había refrescado bastante y no nos apetecía salir.